La historia de un pueblo es invisible, porque el curso imparable de los días fluye sin detenerse jamás, como un río ciego. Y en esa huida hacia adelante arrastra sin piedad nombres y hombres (hombres con nombre) que lo habitaron. Parte de esa historia sólo es posible rescatarla a través de algunas huellas, de contados mensajes que, aquí y allá, en papeles y documentos, van quedando.
En los periódicos provinciales, felizmente salvados en las hemerotecas, duermen el sueño del olvido retazos de la historia de tantos pueblos de Palencia, y entre ellos también Reinoso. Reunidas las noticias desperdigadas, las crónicas que enviaron sus entusiastas corresponsales, es posible recomponer siquiera parcialmente algunos de los acontecimientos más destacados de nuestro pueblo en el siglo pasado.
Por ejemplo, en ellas aparecen referencias fundamentales de los tres puentes que en el término municipal cruzan el río Pisuerga, y cuándo se hizo la carretera de Soto o se inauguró el teléfono. Cuándo se subió el agua al pueblo, se hicieron las escuelas, o el triste episodio del robo de la iglesia, con su valioso patrimonio artístico. También momentos festivos, distintas “santalucías” y otras veladas de feliz recordación en que hubo música y teatro, en que había niños y juventud.
¡Qué interesante el Reinoso anterior a la guerra civil, esas crónicas de los años treinta enviadas por corresponsales anónimos (que debían de ser el secretario don Felipe Esteban unas veces y el entonces joven médico don Julián Ruipérez otras)! ¡Y cuántos nombres, protagonistas de aquellas vivencias que se relatan, ya en la quietud de las sombras, en la paz de Dios!
Estas crónicas, que el milagro de la palabra ha querido salvar, pueden leerse como un viaje al Reinoso que fue, al Reinoso que ha sido. Están ordenadas en sentido inverso, de adelante atrás. De lo más conocido a lo más desconocido. Como un viaje en el tiempo, entre las nieblas de la melancolía.
César Augusto Ayuso
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SALEN A SUBASTA CUATRO TABLAS DEL SIGLO XVI QUE PERTENECIERON A LA ERMITA DE REINOSO
Esther Marín
Cuatro tablas del primer tercio del siglo XVI, que proceden de la ermita del cementerio de Reinoso de Cerrato, se subastarán mañana en una Sala de Arte de la capital sevillana.
Las pinturas -cuya autoría se atribuye al Maestro de Paredes de Nava- ilustran cuatro secuencias clave de la leyenda de Santa Catalina de Alejandría y podrían formar parte de un conjunto más amplio y complejo, aunque en la actualidad sólo se conservan estos exponentes.
Al parecer, las cuatro obras se encontraban en este templo palentino, hasta que el 5 de noviembre de 1954 fueron adquiridas al Obispado de Palencia. Pese al tiempo, muchos son los vecinos de Reinoso de Cerrato que aún recuerdan el lugar en el que se ubicaban las pinturas. “Las tablas se ubicaban en los frentes del altar, alrededor del Cristo, pero un día cuando fuimos a misa las obras habían desaparecido”, señaló Teresa García, teniente de alcalde de la localidad.
El precio de la salida de las pinturas es de diez millones, una cifra bastante elevada para poder ser asumida por una pequeña localidad. “Sería preciso poder volver a tenerlas en nuestra ermita, pero no tenemos dinero para comprarlas. Ojalá que quien llegue a hacerse con ellas sepa valorar lo que para los vecinos del pueblo significan”, comentó Teresa García.
En este sentido, los responsables de la subasta -Arte, Información y Gestión- se han puesto en contacto con la Diputación Provincial palentina para informarles de la existencia de las obras y de su puesta a la venta.
“La Diputación tiene una política de adquisición de obras, pero este caso concreto no entra dentro de las previsiones de compra, ya que siempre seleccionamos las obras en función de lo que supongan para la provincia”, argumentó Rafael Martínez, responsable del departamento de Cultura de la Institución.
La existencia de los óleos es algo desconocido para el delegado de Patrimonio del Obispado, “porque desde que yo ocupo el cargo, nadie ha hecho referencia a estas tablas”, apuntó Ángel Sancho.
Las cuatro obras, “Milagro del suplicio de la rueda”, “Santa Catalina debatiendo con los sabios”, “Santa Catalina ante el Emperador” y “Decapitación de Santa Catalina”, se cree que son de un seguidor de Pedro Berruguete, concretamente del Maestro de Paredes de Nava, porque sigue su concepción del exterior, la insistencia en los oros y el gusto por los brocados.
Junto a estas cuatro tablas, también sale a subasta otra obra palentina, concretamente un óleo de Eugenio Oliva titulado “Brindis”, cuyo precio inicial ha sido fijado en 450. 000 pesetas.
Los interesados podrán realizar las pujas por teléfono en el número 95 4591315.
(El Diario Palentino, 10 de noviembre de 1999)
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EL PISUERGA Y UN PUENTE MÁS
César Augusto Ayuso
Al río Pisuerga le ha nacido un puente. En su camino de agua se le ha cruzado otro camino.
Desde los valles altos de la nieve, las aguas se le echan a rodar atravesando de norte a sur la provincia por su parte más oriental. Tras leguas de andadura, al adentrarse en las tierras rasas, olvida estrecheces montañeras y va ensanchando el curso, va haciéndose su paso menos impaciente y más sosegado cada vez. Cuando recibe al Arlanzón, por tierras de Palenzuela y Torquemada discurre dilatado, dividiendo una llanura amplia y dejando a su izquierda la primera avanzadilla de cerros, detrás de los cuales se esconde una comarca primitiva y muy suya como es la del Cerrato.
Mientras baja hacia Dueñas para encontrarse con el Carrión e irse, juntos los dos, al Duero, es este río el “labrador manso” de Francisco Vighi, el mismo que Cervantes en El Quijote reconoció “famoso por la mansedumbre de su corriente”. En este recorrido, hileras de chopos, de alisos y fresnos escoltan su cuerpo verde, custodian el sueño despreocupado de sus aguas, le hacen por estos campos compañía.
Como buen río, lleva en su memoria de caminante el recuerdo de todos los puentes que lo vadean: los pequeños y arriscados, de montaña, y los más largos y costosos, que enlazan dos riberas que el pie humano nunca alcanzaría; los más humildes y los que salen en las fotografías, agraciados por la historia solemne. Entre estos, el puente de Itero, sellado por las huellas de miles de peregrinos jacobeos, y el viejo de Torquemada, testigo impotente de la devastación francesa, de una venganza de sangre y fuego en unos tiempo, aunque desgraciados, heroicos. También el de Quintana, cargado de siglos, y el de Cordobilla, obra de la ingeniería ilustrada.
El último, apenas hace unos meses estrenado, el nuevo puente de Reinoso, en la variante C-619 que comunica Palencia con Aranda.
En una distancia mínima, son tres los puentes bajo los que pasa el Pisuerga en términos de este pueblecito. Al viejo puente medieval, de piedra y ojos redondeados, que en 1932 empezó a dar señales de cansancio con los primeros derrumbamientos, le sustituyó otro, construido entre los años 1942 y 1946 por presos de la Guerra Civil, que así abreviaban su pena. Ahora, por necesidades de tráfico, también este ha quedado postergado. Un nuevo ramal que sale de su mismo nacimiento, en la finca de La Encomienda, evita la travesía de Reinoso, cuya carretera, sinuosa y ascendente, cortaba el pueblo en dos mitades.
Viniendo de Palencia por esta carretera, era este pequeño pueblo la puerta del Cerrato. Cobijado bajo el cotarro de Santa Lucía, refleja fielmente la transición del terreno abierto de la vega, surcada por el río, a las primeras estribaciones calizas que distinguen a esta comarca de cerros desgastados, estirados, como canes tendidos a la larga, unos a otros engarzándose en horizontal quietud. Ahora queda a trasmano, pues la variante, tras aprovechar un poco más la vega, corta el Pisuerga con el nuevo puente algún kilómetro más arriba, a la altura del caserío de Barrio, para acabar dándose de bruces con unas cuestas mondas, que, por estar orientadas al norte, han sido erosionadas por todos los cierzos invernales y las solaneras del estío.
Tales cerros raídos, que la carretera ha de bordear (antes de llegar a Villaviudas), aparecen así, de improviso, como algo inesperado, digno umbral o antesala de la comarca cerrateña que, en adelante, irá adentrándose en páramos, dispersándose en valles, acá y allá salpicada de viejos y hermosos pueblos desperdigados al amor de las cuestas, despoblados y rendidos a la inquina del tiempo, casi abandonados a su suerte.
Muy cerca del puente se encuentra una villa romana, apenas descubierta hace unos lustros, y es muy posible que, no muy lejos, en aquellas extensiones de la izquierda, se ubicase la llanura de Coplanio, donde, según cuenta el historiador Apiano, los lugareños tendieron emboscadas a Escipión Emiliano, quien habiendo asolado las cosechas de estos campos vacceos, que aprovisionaban a los numantinos, se dirigía a destruir la heroica ciudad celtibérica. Sin embargo, bien lejos está este puente de antiguas historias, monumento a la eficacia, a la pragmática de los nuevos tiempos, justo patrón para acortar distancias y solventar prisas.
Longitudinal y escueto, dista mucho su imagen de la grandiosidad de aquellos puentes medievales -o de posteriores siglos- hechos únicamente de piedra, con los medios arcos bien marcados, que, al reflejarse en el agua, se dibujan enteros, y las sólidas cepas, firmemente asentadas, semejando una muralla ante la embestida del río. Sobre tres pilotes desnudos, circulares, como troncos apenas visiblemente enraizados en el agua, el nuevo puente ofrece su figura esquemática, incorpórea casi, nada solemne. La masa genérica de hormigón, que suplanta la individualidad de las piedras, erige su estatura en amplios espacios -ya no ojos, cuencas rectangulares- por donde el agua y la luz transitan libremente.
Al verlo, diríase que la carretera pasa de puntillas, que salva el río sin apenas tocarlo.
Pero, al fin y al cabo, el puente es lo de menos: está ahí cumpliendo una misión de circunstancias. El pretil, poco acogedor, no invita a detenerse, a asomarse, acodados, a ver pasar el agua. El agua, que corre sin mirar, que en nadie se fija, que sigue su curso indiferente, pasajera y fugaz, nunca la misma. El agua que, ante nuestra mirada, nada deja si no es la melancolía, la imagen borrosa de lo que nunca se detiene. El agua, que escapa a nuestros ojos y burla nuestras ansias de permanencia.
Apenas leve murmullo, brillo tornasolado, aguas en continua renovación, alado, heracliteano, el río huye. Llegará al mar, sin saberlo, para anegarse en la gran nada informe del océano.
(El Norte de Castilla, 28 de marzo de 1991)
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Notas de Archivo
LA REPARACIÓN DE “EL PUENTE DE REINOSO”
Santiago Francia Lorenzo
Archivero Diocesano
Con la instauración definitiva del régimen de corregidores en Palencia el año 1483, parecía tocar a su fin el dominio eclesiástico sobre la ciudad. Pero unos derechos ejercidos durante cuatrocientos años no se ceden de la noche a la mañana aunque medien decretos reales. La reacción violenta del Cabildo Catedralicio cuando el corregidor Maldonado quitó la vara de justicia al merino del cabildo fue un primer aviso. Nuevas medidas de fuerza emplearían los canónigos cuando pocos años después el concejo se propasó al dar a los vecinos la leña del monte sin licencia de los capitulares. Y en agosto de 1501 se producen nuevas fricciones por haber mandado el concejo derribar “un hito” que había en la plaza de San Antolín.
También en el tema de las sisas habían existido diferencias. El concejo no podía imponerlas sin la licencia del cabildo, quien debía juzgar de la oportunidad, de la cuantía y de los productos de consumo sobre los que debiera imponerse.
Durante el verano del año 1501, cabildo y concejo habían podido comprobar la necesidad de reparar “la puente de Reinoso” sobre el Pisuerga, que facilitaba el acceso a la ciudad de las villas y lugares de la zona sur y a cuyos reparos debían contribuir los lugares comarcanos. La comisión de capitulares y regidores había visto la urgencia de la obra y había concertado su ejecución con el cantero Rodrigo de Helgueras.
Pero las arcas de la ciudad estaban barridas y para pagar la parte que a Palencia correspondía era necesario establecer la sisa sobre algunos productos. A tal fin, estando los canónigos reunidos “en la capilla de la Santa Cruz, entraron en su cabildo la justicia y regidores, conviene a saber, Luis de Tovar, alcalde, y Pedro de Pobles, Gonzalo de Calabazanos, Francisco González de Sevilla y Alonso de Fuentes, regidores de esta ciudad de Palencia. E luego de parte de la ciudad el dicho señor alcalde propuso cómo el señor deán con los diputados de la iglesia, junto con los de su corregimiento, habían visto la puente de Reinoso y dado orden que se ficiese, e sobre ello se habían concertado con los lugares comarcanos y dado ya a facer y concertadose con los maestros que eran un tal Rodrigo de Helgueras cantero, e mirado la coste principal y otros gastos que ya sobre ello estaban fechos y eran necesarios. Adelante eran menester ochenta mil maravedís de los quales cabían a esta ciudad poco más del tercio que serían obra de treinta mil maravedís, los cuales la ciudad no tenía antes estaba muy necesitada de muchas cosas que había cumplido y gastado e non había de qué socorrer e remediar sino alguna sisa, lo cual ya sus mercedes sabían no se podía poner sin licencia y consentimiento de los dichos señores deán y cabildo; por ende, que pues era para obra tan necesaria como la dicha puente, se les pedía y pidieron por merced diesen la dicha licencia y consentimiento para que la dicha sisa se posiese e se diese orden e forma en que se pornía y por quanto y de qué manera. E luego el dicho deán dixo e dio fee a los señores del cabildo era así verdad que él y los diputados por sus mercedes habían visto la dicha puente y estaba ya así igualada con el maestro para que la ficiese, y para ello eran menester los dichos maravedís por el dicho señor alcalde dichos. Por ende todos juntos de una parte y otra comenzaron de platicar y altercar mucho en ello. E aunque por los dichos señores deán y cabildo se rehusó no dar la dicha licencia y consentimiento, por la necesidad de las obras y bien común en que la puente se ficiese dieron la dicha licencia y consentimiento e vinieron conformes en que la dicha sisa se posiese. E habiendo platicado y altercado mucho en qué se pornía, finalmente acordaron fuese en el vino a media azumbra por cántara y en el pescado cecial y fresco por el tiempo y de la manera que bastase para el dicho cumplimiento y no más. E para entender en ello, por quanto tiempo bastaría y quanto sería en cada libra d epescado y arrendarlo y ponerlo a los astrados en pregón y facer todo el asiento y final conclusión necesaria nombraron y diputaron a los señores don Gonzalo Zapata, deán, y Licenciado Luis de la Puerta y Gregorio del Castillo canónigos, y con poder bastante en forma…”
Por principio el cabildo era reacio a la imposición de sisas. No dejaba de ser una manera de granjearse el apoyo del pueblo; pero también sabían ceder cuando había razones suficientes y las cosas se hacían por los cauces legales. Siempre ha sido el diálogo la forma más eficaz y más educada para solucionar los problemas. Mucho más eficaz que las medidas de fuerza.
(El Diario Palentino, 26 de mayo de 1988)
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REINOSO DE CERRATO. FIESTA DE SANTA LUCÍA
Martín Rodríguez Rojo
Fiesta en REINOSO, pueblo de 100 habitantes, cerca de Palencia. Fiesta de Santa Lucía, “patrona de los cegatosos”, como se dice por aquí. Distinta a la otra fiesta más bullanguera: la de Nuestra Señora de la Asunción del 15 de agosto. Esta de Santa Lucía es más íntima. Un solo día. Pero ¿más profunda? Tal vez sí, por muchas razones. La primera es que el tiempo ayuda. El final del otoño se abre en flor familiar de invierno. Los pájaros se recogen como invitando al vecindario. Es el frecuentemente nevado 13 de diciembre. Día de la Luz. Las tardes comienzan su ensanchamiento. Santa Lucía aprendió la lección y se dedicó a proteger la vista de los “del lugar” y la de los hijos de antaño que hoy se juntan alrededor del leño que arde, levantando el mismo humo y la misma llamarada que iluminó el cuerpo de quienes hace 50, 40, 30 y 25 años nacieron a la sombra de la cuesta de “Santa Lucía” y se marcharon lejos.
Se empezó tranquilamente. Sin trabajo. Sin desvelos. A las 12 en punto. La santa, señora de las andas, vuelve un año más a tomar posesión de su “plaza fuerte”. Salen las calles a su encuentro remozadas, con asfalto, en procesión. El alcalde y los concejales empeñaron su palabra el pasado diciembre y los mozos que “la llevan” no manchan de barro sus limpios zapatos, aunque aún restan calles por pulir en contra de la buena voluntad del Ayuntamiento. Cantan “las” que saben. Los hombres lanzan su cuerpo hacia adelante, simplemente acompañan caminando sin demasiadas complicaciones. “Así ha sido siempre”. Para ellos es suficiente argumento.
Las grandes y vetustas puertas de la iglesia están abiertas, esperan que entre la vecindad. Ya dentro todos, uno repasa a la muchedumbre y descubre: “el de Bilbao”, “el de Burgos”, “el que se dedica al transporte con un Volvo”, los de Magaz, los de Villaviudas, los vecinos amigos, los que nunca faltan.
En el coro, un grupo con guitarras, bien unidos, precisos en sus notas, ensayadas, caras nuevas, canciones distintas a las de diario. Reconozco a mi antigua condiscípula de escuela, no en su propio rostro, porque los surcos de sus arrugas la esconden y la desfiguran, sino en el dulce gesto joven de su hija, igual al que ella tenía cuando los dos contamos con 18 años. ¡Madre, las personas cambiamos, sí, nada de eufemismos! Nos transformamos. Sólo las estatuas no se inmutan.
Desde la iglesia nos trasladamos a la plaza mayor. El grupo folklórico “Virgen de Villaverde” de Magaz de Pisuerga, es el tercer año que viene a Reinoso. Ellos se encuentran como en su casa. Nosotros, muy satisfechos. Bailan “El triollo”, “Los labradores”, “La Cobata de Baltanás”, “La jota de Torquemada”, la de “Villamoronta”, la de “Guaza”, “El cura de Perales”. Y encima nos tiran flores. El público las coge, las huele y las guarda. Mira y admira a la niña que nació en el pueblo, a la excitante mocita de rubia cabellera, a la madura danzarina oriunda del país vasco y a la que vino de Cádiz, formando, ambas, parte del castellano grupo. ¡Quién dijo Eta! ¡Quién inventó las fronteras!
Como remate reparten el “espectacular” regalo del pan, como necesario complemento de la jota “Los panaderos”. No faltaba más: todos lo comemos.
Por las venas del vecindario, multiplicado por 10, corre un escalofrío de emoción. Y alguien arranca un “olé” desgarrador. Toda la historia milenaria de la villa reconcentrada en un grito simbólico. Quería decir: aquí seguimos viviendo. Esto no puede morir nunca, mientras haya fiesta, mientras ondee el estandarte parroquial; mientras los padres embarquen, pero devuelvan el cargamento filial a la tierra originaria, a las raíces, a las casas de negras chimeneas, humeantes de arraigadas costumbres.
La danza terminó, presentada y dirigida por Mª Jesús García Marcos y por Natalia de Fuentes. Es ahora cuando el señor alcalde toma la palabra y conduce a todo el pueblo, grupo de danza incluido, al local de la antiquísima escuela, hoy centro cultural. Estaba preparado un “vino español” y el encuentro entre viejos amigos, y el recuerdo y la canción espontánea musitada en las entrañas de una población poco dada a la exteriorización de sus sentimientos y el chiste gracioso, y la conversación y el agradecimiento y la amistad de un pueblo que se niega a desaparecer, dispuesto a emprender el vuelo de la creatividad. Un pueblo dispuesto a surcar nuevos caminos, como hizo, a continuación del “piscolabis”, que devolvió a sus casas al folklórico grupo de la “Virgen de Villaverde”.
(El Diario Palentino, 15 de diciembre de 1987)
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EL ROBO DE LA VIRGEN DE REINOSO
Martín Rodríguez Rojo
Si los palentinos recorriéramos todos los lugares donde se encuentran objetos de arte pertenecientes a nuestro patrimonio artístico, daríamos la vuelta al mundo y encontraríamos algo nuestro en innumerables plazas donde no deberían estar. ¡Qué pena! ¡Cómo nos ha tratado la historia y los hombres de esta historia! Pareciera que al perro flaco, todas son pulgas…
El asunto de los robos, expolios, recogidas, engaños y encierros no comienza en estos últimos años de nuestras décadas. Ya viene de atrás la fiebre. Desde el siglo XIX e incluso anteriores, nuestros pueblos, sobre todo, han sufrido impasibles las manipulaciones de los “sabios” y de los aprovechados.
El último caso que queremos comentar fue el de Reinoso de Cerrato, no digamos nada de Baltanás, Paredes de Nava, etc.
Nada menos que el famoso traficante de obras de arte religioso, René Alphonse Vanderberghe, conocido como “Erik el belga”, se encargó esta vez de dar una pasadita por los pueblos del Cerrato donde él muy bien sabía que existían obras de valor. Auxiliado por compinches a su servicio le fue bastante fácil entrar en la iglesia de Reinoso, Ntra. Sra. de la Asunción, al amparo de la noche.
Allí encontró lo que previamente había seleccionado, seguramente que en vistas anteriores, él y/o su banda. Parece ser que visitaban en plan turista, acompañados por una mujer y una niña, iglesias, museos, etc., fotografiando lo que despertaba su interés y haciendo planos del lugar correspondiente.
En la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, repito, se encuentra junto a otras cosas, el altar mayor churrigueresco de 1788; un San Juan arcaizante de 65 centímetros; un altar con Santa Ana de muy buena escultura; una Santa Lucía, escultura del renacimiento, excelente; un bello Cristo románico del siglo XIII; un altorrelieve en el altar de Santa Lucía, con relieves esculpidos de los evangelistas. Sobre todo, un notabilísimo grupo gótico de Santa Ana, la Virgen y el Niño.
Pues bien, el buen Eric se nos llevó la Santa Ana con la Virgen y el Niño, el altorrelieve del altar de Santa Lucía, la cruz parroquial, la custodia de plata, un rosario de la Virgen del mismo nombre, un corazón de plata atravesado por una flecha, una estatua de San Sebastián atado a una columna y otras cosas más. El buen Eric ahora sólo tiene que dar una fianza de medio millón de pesetas, al haberle rebajado a esa cantidad desde cinco millones que se le exigía, en un principio, para abandonar la cárcel Modelo de Barcelona, donde se encuentra recluido desde enero de 1982.
Y Reinoso se quedó sin lo que era suyo. Fue el 8 de septiembre de 1981. ya ha llovido, sin duda, a pesar de los años de sequía que también se han encargado de robar a los sufridos labradores del Cerrato el sudor con que sembraron el trigo y la cebada.
Ello no significa, por supuesto, que Reinoso se haya cruzado de brazos ante el notición. Denunciado el hecho, la policía se encargó de dar vueltas por Europa. Y, efectivamente, no fueron infructuosas. Al cabo de unos ocho meses de paseos, se encontraron la Santa Ana, la Virgen y el Niño y otros objetos que habrá que terminar de identificar como nuestros. Desde Europa vinieron a Barcelona y en el Museo Diocesano de dicha ciudad se encuentran en depósito. Ya duermen allí sosegadamente cerca de tres largos años. Sin duda se encuentran mucho mejor que en sus propios lares donde habían observado a los feligreses desde siglos atrás. ¿Será, tal vez, que el mercantilista catalán sienta mejor en nuestros santos que el duro castellano?
Los siguientes pasos dados por el pueblo dibujan una curva bien desoladora e irritante. El señor alcalde pregunta a la Guardia Civil, quien le comunica que el asunto dejó de estar en sus manos para pasar al Juzgado de Palencia. Este, sigue diciendo el alcalde, que es el Juzgado de Madrid quien, ahora, lleva la voz cantante. Telefonazo al Juzgado de Madrid: ”Está el caso en la Audiencia nº 1 de la capital de España. Se celebrará un juicio el 21 de junio de 1983”, A él tendrá que asistir alguien que represente al pueblo en dicho percance. Nadie mejor que el cura, que acudió puntualmente a la cita. Pero resulta que quien falta a ella es el mismísimo juez en persona. ¡Qué formalidad usa nuestra jurisprudencia, señores! De nuevo, el alcalde insiste entre la Consejería de Cultura y Patrimonio Artístico. Nada. No se sabe nada. Todo está pendiente de un juicio. Ahora es otro juicio distinto de aquel al que no se presentó la autoridad.
Se acude a la Consejería de Valladolid. Buenas palabras: “se les avisará, no se preocupen”. Una comisión formada por el alcalde, el sacerdote del pueblo y por quien estas líneas escribe se entrevista, después de concertado por teléfono varios días antes, con el Delegado Territorial de la Consejería de Cultura de Palencia. Vuelve a contestarnos que el “affaire” va para largo. Se ha constituido una Comisión Nacional que entiende del caso de todos los robos artísticos de toda España. A su vez existen comisiones provinciales que, sin duda, trabajarán conspicua e incansablemente por la devolución de todos los expolios. La Consejería les informa a ellas. Ellas informan al Obispado y otros interesados. El obispo informa a Reinoso durante una visita pastoral. Reinoso no se aclara con tanta información. Resumiendo: estamos pendientes de un hilo, digo, de un juicio que debe fallar un Tribunal de Barcelona para decir que lo nuestro es nuestro. Y después, ya sí. Ya correrá de nuevo la bola, como si nada hubiera pasado. Quiero decir, que tal vez podamos volver a empezar hasta topar con otra sentencia que no sé qué otro Tribunal tendrá que dar.
Como fácilmente se puede colegir, parece saltar a los labios algunas preguntas que hacernos sobre tan desasosegada gesta.
Resulta que la policía encuentra a los ladrones y a los objetos robados en menos de un año y se tarda mucho más, casi tres, en devolver lo encontrado. ¿Qué es lo que falla? Nuestra burocracia era lenta, pero ¿también incompetente? ¿Tenemos que probar que somos quien somos, que la Virgen era nuestra, que hemos nacido y que existimos? Acudan, señores, simplemente al Catálogo Monumental de la Provincia de Palencia, editado nada menos que por la nada sospechosa Diputación Palentina en el año 1930. Y allí pueden ustedes comprobar la fotografía de Santa Ana, el altorrelieve del altar de Santa Lucía, etc. Observarán que esa mismísima imagen hoy por hoy encerrada en tierras extrañas a la Santa, porque toda su vida durmió en su pueblo de Reinoso, corresponde a la fotografía del libro citado, donde, además, se afirma por personas sesudas, serias y documentadas, que esa imagen y esa fotografía son idénticas y que son patrimonio de la iglesia y pueblo de Reinoso.
En una palabra, señores, no nos tomen más el pelo y devuelvan pronto lo que se nos ha robado. Empleen una justicia más sencilla, algo así como la que administraba el Tribunal de las Aguas de Valencia. Sin tantos ringorrangos, pasos, paseos, citas, respuestas, sonrisas y, sobre todo, ineficacia.
¿Acaso duda alguien que esa Virgen no tiene que volver a su sitio? Pues si nadie lo pone en solfa, aligeren, aligeren, que ya huele. Y, sobre todo, los administrados van a tomar a chirigota otras cosas tan sagradas como los impuestos, a la luz del buen ejemplo que una Administración tan fluida otorga a quienes reclaman lo que es suyo.
(El Diario Palentino, 24 de julio de 1984)
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Sucesos en los pueblos
TAMBIÉN ROBARON EN LA IGLESIA DE REINOSO DE CERRATO
En la misma fecha del robo cometido en la ermita de Revilla, en Baltanás, se registró otro robo en Reinoso de Cerrato.
Concretamente en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Los ladrones, en plural, porque parece que fueron varios, utilizaron el método del palanquetazo en la puerta principal y se apoderaron de las piezas de más valor que había en la iglesia. Se llevaron una talla de Santa Ana, Virgen y Niño de 80 centímetros del siglo XIV, otra talla de San Cristóbal de idéntica altura del siglo XVI, dos tablas del retablo mayor, ambas del siglo XVII, dos cálices, un copón, una cruz y otros efectos de una imagen que se guardaba en la sacristía.
El valor de lo robado asciende a 550.000 pesetas según el párroco.
Por lo visto los ladrones sabían a lo que iban, porque no tocaron otros objetos de menor valor. Además, no se observan huellas en el interior del templo.
Se sabe únicamente que en las inmediaciones fue visto, un vehículo particular, un turismo Seat 124 que llevaba unas placas de matrícula sustraídas en una provincia del norte de España, concretamente en Gerona, pero no hay más datos por el momento.
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FIESTAS DE REINOSO DE CERRATO
Martín Rodríguez Rojo
A doce kilómetros de la capital del Cerrato, Reinoso. Rodeado por Soto, Magaz y Villaviudas, no es el “reino del oso”, como algunos dicen, sino “Rehenoso” río enoso), como nos cuenta don Luciano Huidobro Serna, en un artículo sobre “La Historia del Partido de Baltanás. Se acuesta este pueblo todas las noches bajo las faldas de la cuesta de Santa Lucía”.
Enfrente, otra pequeña montaña, casi colina, redonda y maza, la cuesta de “La Melliza”. Y más abajo, antes de llegar a los puentes, romano uno, aunque caído, moderno el otro, la frondosa ribera del Pisuerga, la “Playa de Reinoso” como familiarmente se la sigue conociendo desde unos años a esta parte.
Desde hace unos años, en que se ha descubierto a un amigo tan cercano y tan alejado a la vez, por culpa de los miedos al agua y, tal vez, de la falta de imaginación o de las pocas ganas de tirar del “carro de nuestra vida” hacia adelante. Porque cuesta vivir en la “terrible estepa castellana” donde el sol de verano, los hielos del invierno y la pobreza cultivada por el abandono, calcinan los huesos de los sufridos pobladores cerrateños.
Aquel Reinoso de cerca de 400 habitantes, apenas si hoy llega a unos 30 vecinos. Porque sus hijos se casan y se marchan. Porque el norte español no está muy lejos y en sus tiendas se vende mejor pan o porque Francia, Bélgica o Alemania ofrecieron más “marcos” y un más amplio porvenir. Reinoso ha mermado, ciertamente. Se han marchado sus hijos y las casas de adobe no han podido soportar tal ausencia. Como consecuencia, se han doblado quejumbrosamente y han amasado su nostalgia en un montón de ruinas y de escombros, de paredes que aún tiemblan de emoción o de rabia amenazando al transeúnte con un peligro indefinido de desplome.
Sus escuelas, que han albergado unos 50 niños años atrás, se encuentran solitarias a la entrada del pueblo en medio de unas eras. Los tres alumnos existentes marchan a Baltanás, donde se ha concentrado la población escolar.
Sus médico y sacerdote de toda la vida, propios y exclusivos del y para el pueblo, tienen que venir, ahora como meros asistentes, desde otro lugar donde residen.
Pero basta de penas por hoy. Reinoso ha huido del invierno y se ha vestido de blanco corto en un gesto simbólico y de búsqueda de sí mismo. Dejó a Santa Lucía del 13 de diciembre, frío y desangelado, para acogerse a la Virgen que sube airosa y alada desde el centro de su altar donde preside como titular de la parroquia. Las fiestas de Santa Lucía seguirán como un día festivo patronal, pero desde este año en que una nueva Corporación Municipal también accedió, reciente, al Ayuntamiento, las fiestas locales, la función del pueblo, se celebrarán el 15 y el 16 de agosto. De esta manera Reinoso vuelve a entroncar con su tradición más añeja. Si aquellos antepasados necesitaban los calores “agosteros” para secar y trillar sus “nías”, ahora, en 1979, las cosechadoras suplen y aligeran el trabajo.
El hombre de Reinoso, como el del Cerrato en general, tiene más tiempo libre y puede celebrar, sin angustias ni temores a las lluvias o rocíos, unos días de solaz y alegría: son las fiestas de Nuestra Señora de la Asunción.
No es un simple cambio de fechas. Se trata de algo más. Reinoso, en incipiente democracia como marco global, quiere resurgir con orden y con paz, pero con espíritu dinámico y conquistador. Aquel antiguo coloso dormido a la sombra glaciar de tantos siglos, despierta hoy iracundo y consciente. Se da cuenta de lo que fue, de lo que es y de lo que puede llegar a ser.
Un Pisuerga tiene arrojado a sus pies. Aguas impetuosas y abundantes de riada puede convertirse en motores de transformación. Sombras abundantes de arboledas sosegadas prestan cobijo a personas venidas, para veranear sus meses bien merecidos, desde tierras vecinas o lejanas más húmedas y menos sanas. La “Fasa” no está distante ni tampoco la “Cehosa”. De ahí que unos poblados estén próximos a nacer en Magaz. Y, ¿no podrá ser Reinoso una zona residencial como consecuencia de esta cercana industria?
El hombre austero y paciente del castellano Reinoso espera su hora sin vacilar. Por de pronto se van levantando casas y chalets, no faltan quienes compran aquellas semiderruidas viviendas para colmarlas de su habitual destino y la alegría vuelve a los ojos de los niños y mayores. En estos meses de verano casi se triplica la población durante los días de labor y se quintuplica los domingos y las vísperas de fiesta: el río, las buenas comunicaciones, el clima, la apacibilidad de sus habitantes y la pícara ironía recia y serena de sus bodegas hablan por sí mismas. Gritan al viajero y éste acude, observa, se sienta y… se queda. Reinoso es el lugar.
Pues a este pequeño lugar quedas invitado, lector amigo, y emplazado para los días 15 y 16 próximos. Diviértete con nosotros y nosotros estaremos contigo ofreciéndote con gusto y con cariño palentinos, música, cuajada en verbena popular y al aire libre, carrera ciclista, partidos de fútbol contra Villaviudas y casados del lugar, competiciones de mus, tiro al plato y otras atracciones festivaleras.
(El Diario Palentino, 10 de agosto de 1979)
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LOCALIZACIÓN DE UNA VILLA ROMANA EN REINOSO
En las crestas de sus collados espiaron los pallantinos la llegada de Escipión
Grupo de Investigación Histórica de Venta de Baños
(Severino Pérez Oliva, Jesús Villazán González y Gaspar Gómez Guijas)
En un pago a dos kilómetros del actual casco urbano de Reinoso, en los lugares denominados “El Barrio, “Los Paredones” y “La Campiña”, quedan hoy los restos de antiquísimas poblaciones que tuvieron pujante vida durante siglos, aunque hoy sus solares no sean otra cosa que campos yermos.
El estudio de los vestigios que afloran en estos pagos patentiza que la población que por aquí se alzó, tuvo una larga existencia, que abarca desde la época romana, si no celtibérica, pues cerámica hay también de esta tradición, hasta ya bien entrada la Edad Media.
En este artículo nos vamos a detener preferentemente en la época romana, ya que el despoblado corresponde a esta época, que nosotros descubrimos hace dos años, arroja restos arqueológicos de gran interés.
LA VILLA ROMANA – Presenta cerámicas de “tierra sigillata” correspondientes a los siglos II, III y IV de nuestra Era. Hemos encontrado también vidrios. Pero lo que más destaca en ella es la presencia de mosaico romano, levantado en fragmentos por algunos puntos por la reja del arado, cuyas “tesellas” son blancas, rojas y negras.
Se viene comprobando que lo que es hoy la provincia de Palencia estuvo en época romana muy superpoblada, por dos razones: primera, porque en aquellos tiempos un importantísimo factor de la economía era la agricultura; y segundo, por atravesar nuestras tierras la gran vía “Ebro, Arlanzón, Pisuerga, Eresma” estudiada por Wattenberg y Lázaro de Castro, la cual fue después un importantísimo camino romano a cuya vera y junto al Pisuerga se asienta nuestra villa.
Por ese motivo nuestra zona era entonces rica, alzándose en ella lujosas mansiones con espléndidos baños, agua corriente y lujosísimos mosaicos, prueba de lo cual son los aparecidos en las villas hasta ahora excavadas en nuestra provincia, cual son las de Villabermudo, Saldaña, Pedrosa de la Vega y Dueñas.
Igualmente hemos encontrado en la villa de Reinoso tégullas abundantes, restos de estuco y ladrillos de hipocausto destinados para la construcción de calefacción subterránea, al estilo de las actuales “glorias” que aún se conservan en algunos puntos de nuestra provincia como herencia de las antiguas calefacciones romanas. Hay zonas de ceniza, alternando con otras en que sólo hay tégullas y sigillata.
LOS POBLADOS MEDIEVALES. A unos 500 metros de la villa romana hay otro despoblado cuyos restos son medievales y del cual se conserva la necrópolis o cementerio. Las tumbas están integradas por lajas de piedra, y hemos visto, levantadas por la reja del arado, algunas de niños, con la particularidad de que en una de ellas había varios esqueletos juntos, prueba de la gran mortalidad infantil en aquellos tiempos cuando había alguna epidemia, enterrando en sepulturas colectivas a varios niños que fallecían en un solo día.
LA HISTORIA. Antes que la villa romana se alzase, ya los campos de Reinoso habían sido teatro de importantes sucesos históricos: cuando en el año 134 antes de Cristo, el gran Escisión atravesó la región vaccea, quemando y talando sus cosechas, para que los vacceos no se las suministrasen a los numantinos, a cuya ciudad de Numancia se dirigía con el fin de someterla, los pallantinos estaban espiando sus paso desde las crestas de los collados del Cerrato en cuyos valles le tendieron emboscadas. En la última pudieron salvarse las tropas, hasta el punto que el historiador Apiano, escritor de aquellos tiempos, nos cuenta que entonces Escisión, viendo el peligro que aquí corría, se aparta de las riberas del Pisuerga para eludir el encuentro con nuevas emboscadas internándose en zonas áridas donde perecieron muchas acémilas por falta de agua.
En la Edad Media fue conocido Reinoso por su convento de Clarisas, que disfrutaban del patrocinio de los almirantes de Castilla, sucesor del cual es el actual de Palencia. El solar que ocupó es conocido por el nombre de “El Convento” y está en las afueras del pueblo, presentando su superficie una enorme cantidad de restos óseos desenterrados por los arados.
IMPORTANCIA. La villa romana de Reinoso reviste gran importancia no sólo por el interés de sus restos arqueológicos, sino porque supone una estación más en la línea de las villas que jalonaban la gran calzada romana, que nacía en Tritium (cerca del Monasterio de Rodilla, provincia de Burgos), arrancando de la vía romana de Aquitania, y siguiendo el Arlanzón alcanzaba el Pisuerga para atravesar el Duero y dirigirse al Guadarrama.
Así pues, la villa de Reinoso supone una estación situada entre la de Quintana del Puente y la de Soto de Cerrato, en cuyos lugares existen también villas romanas. Las estaciones conocidas en la provincia de Palencia, correspondientes a este camino romano, son: Palenzuela, Quintana del Puente, Reinoso, Soto de Cerrato, Baños de Cerrato, Tariego y Dueñas.
Dejamos para un próximo comentario la villa rústica romana de “La Guindalera” y el despoblado medieval de San Miguel, también de Reinoso, y otra villa romana muy próxima, en Magaz, así como un probable asentamiento del Hierro I; en una palabra, el notable triángulo Reinoso-Magaz-Soto.
(El Diario Palentino, 3 de febrero de 1976)
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Desde Reinoso de Cerrato
UN CONCURSO DE MUS EN LAS FIESTAS NAVIDEÑAS
M. R. R.
La carretera amaneció blanca. Sólo había sido un trayecto pequeño. A partir del ribazo que corona la visión del pueblo de Reinoso ya no había nieve, decían los más madrugadores. Era el 25 de diciembre. Navidad en todo el mundo.
Todos nos habíamos enterado de que una fiesta navideña no se podía pasar sin nieve. El palentino, castellano recio, ya estaba acostumbrado al frío. No supuso novedad la nevada, como tampoco supone novedad para tantos pueblos pequeños y olvidados una fiesta tras otra, un día tras otro. Una jornada tras otra revestida de los mismos monótonos colores pardos de siempre. Es un problema y no pequeño este de las diversiones de los pueblos. Sin baile, sin centros de diversión, sin bares adecuados y preparados para la convivencia. Sin bibliotecas y sin preparación suficiente para gustar de sus libros cuando los hay; los pueblos, rescoldo de la nación en usos y costumbres, aparecen lánguidos como culebras de invierno. Huesca, Teruel, Ciudad Real, Cuenca, Jaén, Zamora, Palencia. Id. Ved. Preguntad.
Hombres cansados de trabajar, madrugadores empedernidos, sufridos como ninguno, y a la hora de echar un cuarto a espadas, solos. No hablemos de las mujeres… Aisladas en sus casas como en cárceles empapeladas.
Pero la vida no puede encajonarse. En los pueblos hay hombres, hay personas. Con un caudal infinito de vida. Con fuentes inagotables de salud. Bastó una voz a la salida de la misa. Bastó tocar lo profundo del corazón: el juego y la alegría que quiere decir amistad y convivencia. Y la chispa saltó. La hoguera producida se llamó “concurso de mus”. A la pareja. Veinticuatro jugadores. A la hora de la verdad cuatro mesas en el teleclub del pueblo. El sistema, elegido democráticamente, y en asamblea abierta e improvisada: el de eliminatoria. Resultado: una tarde pasada en la alegría. Unidos, porque de la unión no sólo nace la fuerza, sino el gozo.
Tras un “envido” y otro “órdago”, las “grandes” y “pequeñas” penas de un día de nieve quedaron aplastadas por los copos blancos de un 25 navideño organizado.
De las ocho parejas, quedaron semifinalistas: Jesús Ayuso y Augurio Ayuso contra Alberto García y Volusiano Rioja; y Augusto Ayuso con Ángel Muñoz contra Jesús García y Miguel Montoya.
Tras largo y reñido combate, fueron Jesús García y Miguel Montoya los que quedaron campeones absolutos.
Al día siguiente se celebró una merienda, fruto de las justas lides del día anterior. Asimismo, la pareja ganadora podrá colgar de los muros de sus casas un lustroso pergamino, recuerdo de esta tarde soñadora de las Navidades del 70.
Enhorabuena a todos, y amigos de Reinoso, que no se termine el humor. Año nuevo esperó a mujeres y hombres en el mismo lugar, a la misma hora, y eso sí, con un trofeo mayor. Ahora, en lugar del mus y en honor a las mujeres: un concurso de brisca, el juego de los guiños y de la astucia.
Resultaron vencedoras las señoritas leo Rioja, Visi García y Tere Cuervo.
(El Diario Palentino, 5 de enero de 1971)
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DEL RHIN AL PISUERGA
Crónica de Reinoso de Cerrato
Antonio Saldaña
Invitado por el doctor don Julio Aguado Matorras, presidente del Club de Amigos de Alemania, me uní, el día 20 de agosto pasado, al grupo de alumnos alemanes que asisten en Palencia a los ya tradicionales cursos de Lengua y Cultura españolas. Afamados estos cursos, por una perfecta organización y un eficiente profesorado, han adquirido un prestigio inigualable en las Universidades alemanas, de donde cada año es mayor la afluencia de estudiantes, a aprender el idioma español, en esta ciudad, en la cual, García Sanchiz oyera el mejor castellano de esta época.
Nos disponemos a realizar la ya clásica “Ruta del vino”, con todas las prevenciones posibles, tratándose de vino del Cerrato…, dirigiéndonos a las cinco de la tarde al cercano pueblo de Reinoso de Cerrato. Nos acompañan don José Rodríguez y don Mariano Fernández, profesores del Curso. Los señores Reol y Barajas, directivos del Club y secretarios de estos Cursos. Algazara en el coche, que más tarde alcanzaría su apogeo.
En la Plaza Mayor de Reinoso somos recibidos por el doctor don Julián Ruipérez Pascual, director de los Cursos referidos, y alcalde del pueblo. Recepción llena de esa antigua cortesía y cordialidad, que impregna todos los actos del doctor Ruipérez, acompañado esta vez por muchos vecinos del pueblo, que han ido a ver a “los alemanes”. Pronto se establece la cordialidad entre los visitantes y los visitados. Popularísimo entre los vecinos, que en seguida le reconocen, es mi buen amigo Ulrich Optenberg, veterano de estos Cursos, que entre las brumas y humos de Essen, sueña ser despertado con la cadencia del Cimbalillo.
Tras una breve estancia en el domicilio de don Julián, en el que admiramos los objetos artísticos y de tipo turístico, coleccionados en sus frecuentes viajes por Europa, nos trasladamos a la popularísima “Playa de Reinoso”, en la margen izquierda del Pisuerga, que bordea el término municipal. Este es un lugar muy adecuado, con perfectas condiciones para instalar un “camping” turístico, ya conocido por las primeras autoridades provinciales y con promesas de instalación, quizá no lejanas…
Mientras nadamos en las aguas, no procelosas, sino tranquilas y muy seguras del Pisuerga -niños pequeños a nuestro lado, hacen pinitos en la natación-, recuerdo las leyendas wagnerianas sobre el “oro del Rhin” y pienso y palpo con mis manos y con todo el cuerpo, ya les digo que estoy nadando, aunque no muy bien, que el Pisuerga tiene oro, que se lo está llevando el mar, y todavía no han sabido recogerlo, a lo menos en este simpático pueblo. Concentraron sus tierras, pero no han saciado su sed secular. La esperanza será el pantano de Retuerta, sobre el río Arlanza, y ya iniciado, según me dice el amigo Ruipérez y el prohombre de la Hermandad local que le acompaña; pantano que dará agua para el riego de una gran parte de la comarca del Cerrato.
Escalando, después del baño, el cerro o cotarro de las Bodegas, con ligereza, ¿cómo no? Hasta el doctor Morenhoven, de 74 años, sube con garbo. Lo malo no es la subida, sino la bajada, nos dice el señor Nicanor, vecino del pueblo, porque el vino del Cerrato “pega”. Contemplamos desde lo alto la panorámica de la curva del río, el remanso de la presa, toda la vega; se divisan Magaz, Villamuriel y al fondo… Palencia.
Una barca con dos remeros cruza la presa; la berlinesa Dorotea Peikert me pregunta si no podría ser “la barca del contrabandista Galindo”, el de las canciones vascas. Yo, como no estoy muy seguro de que por aquí se haga contrabando, para eso habría que ir a Gibraltar, ni que la barca se haya venido tan lejos en el I Descenso del Pisuerga, le contesto que debe de ser algún aprendiz de marino, o quizá algún pescador que se entrena para el próximo concurso provincial de pesca, que se celebrará en estas aguas el 5 de septiembre.
Y como lo que constituía, principalmente, el leit motiv de nuestra excursión era la visita a las bodegas de Reinoso, a ellas vamos. El doctor Ruipérez nos ha preparado una abundante merienda, acompañada de diversos aperitivos, que no cabe duda nos incitan la sed. Para saciarla, allí tenemos sin tasa el vino color rubí del Cerrato, que se desborda en los jarros de alfarería, en los porrones y en las camisas de los inexpertos, que no conocen el antiguo y noble arte de beber a caño…
Alegría “in crescendo”, bullicio, asombro de los visitantes ante las troglodíticas bodegas cerrateñas. En una de ellas, adornada con intencionados mosaicos, hay más de 500 palominos muertos, conservados en ella, como frigorífico natural. Se suceden las fotografías con flash dentro de las bodegas, y fuera, al aire libre de la noche. Klaus acecha el minuto “H” en que la luna llena se sitúe encima del cerro de Santa Lucía para lograr una foto de antología. Wolfram, entusiasmado, se pone a declamar el “Fausto”. Manfreld, coge de la mano a Rosita Sandino; yo sospecho una nueva invasión visigótica… Se entonan, sin desafinar, canciones populares españolas. Con brío en la garganta, recordamos a Lilí Marlen. Y… “La paloma”.
Poco antes de la medianoche, se da la orden de retirada, gloriosa retirada sin ninguna baja, en las pendientes trochas de las bodegas. Montoya…, Nicanor… Supimos subir, pero también bajar de vuestras bodegas, a pesar del vino cerrateño.
En la Plaza Mayor de Reinoso, nos despedimos del vecindario. Cálidos apretones de manos a todos los alumnos de su director de Curso doctor Ruipérez Pascual. A quien expresamos nuestro agradecimiento por este día inolvidable. Regreso a Palencia. Sobre Reinoso brillan las estrellas de este cielo de agosto.
(El Diario Palentino, 4 de setiembre de 1965)
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REINOSO, PÓRTICO DEL CERRATO
Antonio Saldaña
El Plan de Ordenación Rural de la comarca del Cerrato, que con fundadas esperanzas ha de transformarla, elevando el nivel de vida de esta comarca, se abre, con precisas realizaciones en Reinoso de Cerrato. Éste es un pueblo no muy grande, que situado en la margen del río Pisuerga, me va enseñando detenidamente su alcalde, el doctor Julián Ruipérez Pascual, hombre de precisión intelectual, de grandes inquietudes, y de desvelo por el bien común.
Sentados junto a un mirador de la finca de Barrio, el Dc. Ruipérez Pascual va desgranando lentamente toda la serie de realizaciones alcanzadas hasta la fecha, y de otras que ya son promesa cierta y madura. Él me habla de la labor en equipo, de la continuidad de propósitos en las Corporaciones municipales que ha presidido. Yo advierto su afán por pasar desapercibido, pero no se me escapa que un equipo, cualquiera que sea, nada es sin un timonel firme y seguro, que cual otro capitán Etayo, navegue valientemente por las, muchas veces, procelosas corrientes de la Administración, y de la desidia, tan ibérica…
Voy tomando notas, subiendo de punto mi admiración. ¿Por qué aquí sí y en otros sitios no? Un pueblo que, no hace muchos años, era la denostada Castilla en escombros, que dijera Julio Senador, hoy se yergue transformado. Situado en la carretera de Palencia a Aranda de Duero, esta vía ha sido ampliada hasta Reinoso, con esa definitiva eficacia que imprime a sus actos el ingeniero don Rodolfo Pérez de Guzmán, y su segundo don Manuel Aguayo. La carretera renovada es de primer orden, pudiendo llamarse la “autopista del Cerrato”. Se ha evitado la peligrosa travesía por el pueblo, creando una desviación-calle, por delante de la iglesia. El Ayuntamiento, agradecido, dará a esta calle el nombre de D. Rodolfo.
Reinoso, sin lugar a dudas, es un pueblo de veraneo, son las maravillas del agua… Gestiones con la Delegación de Turismo y Gobierno Civil, bien acogidas, pretenden crear un “camping” turístico. Base no falta, en las hermosas riberas del Pisuerga, que, sin ninguna propaganda, son aprovechadas por los palentinos de la capital y de los pueblos del Cerrato. El anterior domingo acamparon más de cincuenta autos junto al río, convirtiendo sus ocupantes, el tramo junto al puente, en una auténtica playa.
El día de Santiago se inauguró un teleclub, merced a la donación de un televisor por el Servicio de Concentración y Ordenación Rural, gestionado por el ingeniero don Agustín del Pino. Asimismo una amplia y hermosa biblioteca constituida con bellos libros, donados por el Servicio citado, y también por los buenos oficios de la Inspectora de Primera Enseñanza, señorita Cantero.
La Concentración Parcelaria de las tierras de Reinoso fue la primera que realizó el equipo destacado en Palencia, con extensión de sus beneficios a la zona plantada de árbol. Hecha en plena armonía y sin reclamaciones, es hoy paradigma de una buena concentración.
El servicio de aguas potables, con red domiciliaria, que tantos sacrificios ha ahorrado a estas buenas mujeres castellanas. El abrevadero para animales domésticos. Ambos logrados mediante laboriosas gestiones municipales.
La construcción de las escuelas y viviendas para maestros, magníficos edificios, realizados mediante costosos sacrificios del Ayuntamiento y pueblo, cuyo relato asombra. La instalación de aceras por todas las calles, antes inexistentes. Junto a tantas mejoras de diversa cuantía…, que, por no alargarme demasiado, no enumero. Con justicia, se premió por el Estado al Dc. Ruipérez con la medalla de oro de Cisneros, al mérito político.
Esperando volver de nuevo a Reinoso, a contemplar sus paisajes, a departir con sus gentes, estrecho la mano de don Julián Ruipérez, rúbrica de nuestra amistad. En la presa del río se refleja el sol poniente, junto al ruido bronco del agua, el murmullo de los álamos; en esta soledad sonora me parece oír el alma eterna de Castilla…
(El Diario Palentino, 14 de agosto de 1965)
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VERSOS A CONTRALUZ EN REINOSO
Andrés Quintanilla Buey
Quiero hablar de uno de los días en que la mirada de todos nuestros labradores se dirigía al cielo en busca de una pequeña nube esperanzadora. Quiero hablar de un jueves, 23 de mayo. De un día que era Corpus Christi en Reinoso de Cerrato.
Fui a Reinoso a leer versos. Me acompañaba, con el mismo fin, Carlos Urueña González. Íbamos a dar entre los dos un recital poético, En nombre de nuestra revista “Juan de Baños”. Reinoso nos había llamado y nosotros acudíamos llenos de ilusión a esta llamada, con un gran cargamento de versos sin estrenar, fieles a nuestro propósito firme de visitar todos los lugares, grandes y pequeños, de nuestra provincia, con nuestro mensaje poético al hombro.
Llegamos a Reinoso a las cinco y media de la tarde. En la plaza del pueblo fuimos recibidos por don Julián Ruipérez Pascual y don Carlos Villameriel Fernández, alcalde y secretario, respectivamente, del Ayuntamiento. En seguida se unió a nosotros el sacerdote D. Alberto Ruiz Lanchares con el Santo Rosario recién terminado.
Recorrimos el pueblo -¡cuánto me acordé de Fernández Nieto y de “La trébede”!- calle a calle. Observé que en todas ellas hay aceras. Reinoso de Cerrato es un pueblo pobre y de escaso presupuesto municipal y choca un poco ver estas realizaciones. Me interesé por las mejoras realizadas por el Ayuntamiento y así supe que, haciendo verdaderos equilibrios financieros, se han llevado a efecto el abastecimiento de aguas potables con tres fuentes -maravillosas por cierto- y abrevadero. Está en proyecto la segunda fase de este servicio que consistirá en la acometida de agua a domicilios, para lo cual ya está construida la red de distribución por todas las calles. Antes, los vecinos tenían que ir, con grandes sacrificios, al río a surtirse de agua.
Reinoso de Cerrato cuenta en la actualidad con dos nuevas escuelas y también con dos nuevas viviendas para maestros. Tanto la obra de las escuelas como la de las casas, ha sido llevada a feliz término gracias a la fundamental aportación del Ayuntamiento, lo que ha ocasionado grandes gastos, habiéndose visto precisado a solicitar préstamos de diversas entidades.
Se ha efectuado la total Concentración Parcelaria en todo el término municipal, antes disperso en innumerables parcelas. Notas características de esta Concentración han sido la total ausencia de reclamaciones por parte de los beneficiarios y que, por excepción casi única en España y única en nuestra provincia, se han concentrado también las parcelas de arbolado en el monte,
Se ha llevado a efecto la repoblación forestal de veinticinco hectáreas de baldíos en colaboración con el Patrimonio Forestal del Estado.
En la Concentración Parcelaria antedicha iban incluidas las obras de saneamiento de tierras encharcadas y construcción de una nueva red de caminos.
Toda esta labor, realizada en equipo por la Corporación municipal, ha sido impulsada desde la alcaldía por don Julián Ruipérez Pascual, a quien le fue concedida por el Gobierno la Medalla de Oro de Cisneros. También se ha solicitado para don Julián en nombramiento de hijo adoptivo de la Villa.
Don Carlos Villameriel Fernádez me habló de las aspiraciones del pueblo. Son las generales de todo el sufrido Cerrato. Atención, sobre todo, al desarrollo agrario. Se espera con impaciencia la construcción del pantano de Retuerta, que puede fertilizar gran parte del Cerrato. Se sueña con el regadío, sea del citado pantano o del Pisuerga. De donde sea, pero agua.
En cuanto a la industria, se me indicó que dentro de poco se instalará una Cerámica de grandes proporciones que dará gran impulso a Reinoso.
Don Julián Ruipérez Pascual tiene una gran ilusión por llevar a cabo la instalación de un lugar de acampada turística (camping) en las orillas del Pisuerga. Me dijo que hace unos meses estuvo en Reinoso el gobernador civil y tomó nota de este proyecto. Desde luego, es una gran idea. Las orillas del Pisuerga son lugar muy concurrido y popular entre mucha gente amante de los deportes de verano. Junto a Reinoso hay una especie de playa, de gran atractivo. Atractivo que aumenta al comprobar la gran cantidad de pesca que hay en las márgenes del Pisuerga. Se han celebrado ya dos concursos provinciales.
Cuando nos dirigíamos al local de la escuela donde se celebró el acto poético, entramos sólo un momento en la iglesia, que encontramos al paso. Formidable la imagen de Santa Ana. Hay un cuadro que contiene la leyenda del Cristo de las Claras -hoy en Palencia- que estuvo en Reinoso casi un siglo. De esta leyenda, así como de la imagen de Santa Ana, a la que falta la mano derecha -quizá de tanto pedir- hablaré en una futura crónica.
Cuando llegamos a la escuela, estaba allí ya todo el pueblo. Comenzó el acto el alcalde, con un acertado discurso de presentación. Habló también, magistralmente, el sacerdote don Alberto Ruiz Lanchares. Yo improvisé un breve saludo y, sin más, comencé a leer versos. El local estaba abarrotado hasta el extremo de tener que abrir las ventanas. Fuera, aún había gente que no pudo entrar. Sentí que era escuchado intensamente y comprendido.
Terminé mis versos. Presenté a mi compañero Carlos Urueña González. Carlos habló en sus poemas, magníficos, de Reinoso, del Pisuerga y de la tierra. Todos escuchaban atentos, sin respirar apenas.
Observé atentamente al público. Pocos hombres jóvenes. Se lo dije a un labrador de pana negra que estaba a mi lado y él me dijo los motivos. Doce mozos han emigrado.
Son doce los mozos que faltan en Reinoso de Cerrato. Doce obreros, doce hermanos mayores, doce huecos demasiado visibles, aún contemplados al contraluz de un verso.
(El Diario Palentino, 7 de junio de 1964)
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YA ESTÁ TERMINADO EL PUENTE DE REINOSO
El Corresponsal
EL PUENTE DE REINOSO. El tan importante y estratégico puente de Reinoso sobre el río Pisuerga, situado a doce kilómetros de Palencia, en la carretera de Palencia a Aranda, y a dos de la carretera general de Madrid a Irún, está ya terminado; sus trece ojos, con una extensión total de 360 metros y su coste de tres millones y medio de pesetas, hablan de la importancia del mismo, como también es su importancia vital para comarcas como los pueblos del Valle de Cerrato y de la Ribera Arandina del Duero, regiones ricas e incomunicadas prácticamente con Palencia, pues su comunicación actual es a través de grandes rodeos y cuestas pendientes, cosas ambas suprimidas con la comunicación con este nuevo puente, pues es en línea recta y sin pendiente alguna desde Baltanás.
Actualmente se trabaja intensamente en la pavimentación de mismo y en la pintura de las barandillas, esperándose (salvo contingencia en contrario) poderle inaugurar aproximadamente para el 20 de julio del año actual, con asistencia de ministros, altas jerarquías y autoridades provinciales.
Hay gran animación por los pueblos de la comarca, pensando asistir algunos pueblos con bandas de música y dulzainas, y celebrarse una alegre romería con meriendas e instalación de puestos de comidas y altavoces en la frondosa y pintoresca arboleda que el Pisuerga forma en el bello paisaje donde está construido este nuevo puente, el cual será artísticamente adornado y lucirá una hermosa iluminación eléctrica en ese día.
Felicitamos muy cordialmente a la empresa constructora Cimentaciones y Obras de Madrid, la cual ha superado todas las dificultades actuales, de escasez de fluido eléctrico, cemento, etc., y ha podido entregar el puente antes del tiempo previsto en la subasta.
EL CANAL DEL ARLANZA. Ha causado una gran impresión en este vecindario la comunicación de nuestro digno y activo Gobernador Civil de la provincia, señor Frontera de Haro, sobre el estado actual de dicho canal, el cual, partiendo de Peral de Arlanza, atraviesa Palenzuela, Villaviudas, Reinoso y Soto de Cerrato, regando extensas y fértiles comarcas, agradeciendo este pueblo el gran interés de nuestra primera autoridad y rogándole que un asunto de tanta importancia pueda ser incluido en las nuevas obras que el Gobierno piensa empezar en regiones como estas, tan castigadas por la pertinaz sequía, para que pronto empiece su construcción y resuelva uno de los problemas como este de los riegos, tan importante para España y esta región palentina.
(El Diario Palentino, 29 de junio de 1945)
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VISITA PASTORAL A REINOSO DE CERRATO
Satisfacción del Prelado
El Corresponsal
Según estaba anunciada, el pasado día 10 se verificó la visita pastoral de nuestro ilustrísimo Prelado doctor don Manuel González, a este simpático pueblo de Reinoso de Cerrato.
A las doce y media de la mañana, el repique de campanas anunció la llegada del coche de S. I.; los niños de las escuelas, al frente de su maestro don Florencio Ugalde y con la banderita nacional, daban escolta al señor Obispo, que inmediatamente se dirigió a la iglesia, en donde le esperaban las autoridades eclesiásticas y civiles; el señor Obispo hizo su acostumbrada visita al Sagrario, se cantó un responso y se dirigió al pueblo de Reinoso, que todo él estaba congregado en su iglesia parroquial; con palabra elocuente y sencilla se dirigió a todos sus fieles hijos y tuvo una emocionante llamada a los descarriados del redil, para que volviesen a él.
A continuación, se procedió al acto de la confirmación, actuando de padrinos la distinguida señorita de la localidad Felipa Cuadrado y el médico titular don Julián Ruipérez.
Terminados los actos religiosos, se dirigió a la escuela, donde tuvo ocasión de ver el estado tan satisfactorio que en el conocimiento del catecismo dichos niños poseen. La graciosa y simpática niña Petra Ugalde, con gran desenvoltura, recitó un hermoso saludo.
A continuación, se dirigió toda la comitiva a casa del señor párroco, don Salvador Sáez, en donde se le sirvió un refresco con su consabida tarta; durante el refrigerio, los niños cantaron hermosos himnos, que todo el pueblo aplaudió.
Cuando Su Ilustrísima fue a tomar el coche para trasladarse a Palencia, le era materialmente imposible avanzar, pues todo el pueblo se afanaba por besar el anillo pastoral.
El señor Obispo salió altamente contento al saber que este pueblo era uno de los pocos en donde las luchas sociales no existieron nunca, merced a la gran obra social de la Federación Católica Agraria de Palencia, al comprar un monte para repartirle entre todos sus afiliados, y que hoy como hace seis años no se ha visto turbada la tranquilidad en ningún momento, y que por consiguiente no hay el luto que las semillas del odio sembraron en otros pueblos cercanos y que padecen ahora tristes madres e infelices criaturas.
(El Día de Palencia, 14 de octubre de 1936)
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EL TELÉFONO PÚBLICO EN REINOSO
Se inauguró ayer con asistencia del Gobernador civil de la provincia
El Corresponsal
Según estaba anunciado, ayer tuvo lugar en Reinoso la inauguración oficial del teléfono público.
A las once de la mañana llegó en su coche oficial el excelentísimo gobernador civil, al que acompañaban el jefe de Teléfonos de Palencia, don Moisés Maza, el inspector de policía señor Fernández y representantes de la Prensa local.
En las afueras de la villa esperaban al gobernador las autoridades locales, los niños de las escuelas al frente de su maestro don Florencio Ugalde, y todo el vecindario, que prorrumpió en aplausos y vítores al descender de su coche nuestra primera autoridad provincial.
Hecha la presentación oficial por el alcalde de la villa, se dirigió el señor Maesso, seguido de todo el pueblo, a la iglesia parroquial, donde oyó misa, en la que ofició el virtuoso párroco de la localidad don Vicente Martín, entonando los niños de las Escuelas diversos cánticos religiosos.
Terminado el Santo Sacrificio marchó la comitiva a los locales donde está instalado el Teléfono público, procediéndose a la bendición de los aparatos de que consta la Centralita.
El gobernador declaró inaugurado el servicio, comunicando con varios organismos oficiales para darles cuenta del acto. Terminó con vivas a la República y España que fueron contestados unánimemente con otros al gobernador, al jefe de Teléfonos, señor Maza, y a Palencia.
Por el dueño de la casa, el gobernador y sus acompañantes, fueron obsequiados con dulces y licores.
Desde la Centralita la comitiva marchó al Ayuntamiento donde se celebró solemne recepción en honor del gobernador señor Maesso, pronunciándose a continuación diversos discursos.
El Jefe de Teléfonos de Palencia señor Maza explicó la tramitación del asunto y explanó los beneficios que ha de reportar a Reinoso la instalación del Teléfono público, terminando con vivas a Reinoso, coreados con otro a la Telefónica y al señor Maza.
El diputado provincial don Tiburcio Tejedor dio cuenta de los trabajos realizados por la Corporación provincial para conseguir la instalación inaugurada, siendo también aplaudido. El párroco don Vicente Martín dio las gracias al gobernador y al señor Maza por sus trabajos en orden al establecimiento del Teléfono en Reinoso, gracias que hizo extensivas a las autoridades de la villa y al diputado señor Tejedor.
El gobernador civil cerró los discursos haciendo historia de sus gestiones a favor de la instalación indicada, y refiriéndose finalmente a diversos problemas de excepcional importancia que tiene actualmente planteados Reinoso, entre ellos el de la construcción del puente, manifestando el señor Maesso que ahora se preocupa del tendido de un paso provisional entre tanto se concluyen las obras que se realizan. Terminó manifestando que guarda para Reinoso, pueblo pequeño por su población, pero grande por sus sentimientos, los mejores afectos de su alma, a fin de corresponder al título que le han concedido sus autoridades, de hijo adoptivo de la Villa.
Por el Ayuntamiento y vecindario se obsequió a los visitantes con un esmerado banquete, servido en la esmerada morada del digno alcalde de la localidad don Victoriano García, haciendo los honores de la casa su distinguida esposa y su simpática hija Sofía, que con el joven Macario ortega sirvió la comida a los invitados.
Entre los comensales figuraban además de estos, el alcalde, el párroco, el juez municipal don Nicanor Salazar, secretario don Felipe Esteban, médico titular don Julián Ruipérez, maestro don Florencio Ugalde, veterinario don Mauro Asensio y don Manuel Solano; concejales don Elías Ortega, don Amador Ayuso, don Francisco Montoya y don Conaldo Cuadrado; y los propietarios don Perfecto Gutiérrez, don Frótido Calleja, don Miguel Ayuso, don Marcos Rodríguez y el guardia civil hijo del pueblo don Faustino García.
A los brindis ofreció el banquete el médico señor Ruipérez, agradeciendo al gobernador el interés que se ha tomado siempre por los problemas planteados en Reinoso, manifestando el señor Maesso su reconocimiento por todas las atenciones que le habían dispensado autoridades y vecindario.
A las cuatro de la tarde, el gobernador y sus acompañantes emprendieron el regreso a la capital, siendo despedidos con las mismas muestras de afecto que a la llegada, por todo el pueblo.
(El Diario Palentino, 26 de julio de 1935)
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UNA CARRETERA
El Corresponsal
Hemos tenido el gusto de saludar a los señores Muñio y Tejedor, ingenieros de Caminos de la Jefatura de Obras Públicas de Palencia, los cuales, con gran diligencia, han hecho el proyecto de camino vecinal de Reinoso a Soto de Cerrato, para suplir el tránsito interrumpido por el hundimiento del puente.
El proyecto ha sido dictaminado en unas 80.000 pesetas y ya está en Madrid, en espera de que se envíe el dinero.
Esperamos que los señores alcaldes interesados en el asunto del puente, hagan las necesarias gestiones cerca de los representantes en Cortes para que se haga pronto dicho camino mientras se arregla o se hace nuevo el puente sobre el Pisuerga.
DE TELÉFONOS
Ha sido informada favorablemente por la Diputación Provincial la instancia sobre colocación del teléfono en este pueblo, pues es una cosa de justicia por pasar la línea telefónica por la mitad del pueblo.
Felicitamos calurosamente a nuestro diputado provincial señor Tejedor, por su gran actividad desplegada.
(El Día de Palencia, 13 de abril de 1934)
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LA VIDA EN LOS PUEBLOS. REINOSO DE CERRATO
El Correponsal
Fiesta de Santa Lucía
Con una brillantez inusitada se ha celebrado la fiesta de Santa Lucía, patrona de esta localidad.
A pesar de los grandes preparativos con que pensaban festejar la función principal del pueblo, la inclemencia del tiempo, que nos regaló unas hermosas nevadas, impidió la celebración de la procesión y danza que con tanto esmero se estaba ensayando; no obstante, la función religiosa revistió una solemnidad extraordinaria.
La misa fue oficiada por el virtuoso párroco del inmediato pueblo de Soto de Cerrato, don Segundo Rodríguez, cantándose la misa de Gounod, a tres voces por los organistas de Villaviudas, Magaz y Reinoso, con gran afinación.
El panegírico de la santa corrió a cargo del nuevo coadjutor del pueblo don Vicente Martín, el cual de manera clara y elocuente hizo resaltar las grandes cualidades que adornaban a la Santa, haciendo atinadas deducciones para la vida práctica.
Terminada la función religiosa, el elemento joven invadió los salones de baile, que durante todo el día se vieron concurridísimos, notándose la presencia de numerosos forasteros. Enviamos nuestra más efusiva felicitación a nuestro coadjutor don Vicente Martín por la magnificencia de la función religiosa, felicitación que hacemos extensiva a nuestro buen amigo don Felipe Esteban, entusiasta organizador de las fiestas religiosas y profanas, y a nuestro alcalde don Victoriano García, que ha dado toda clase de facilidades para el éxito de la fiesta.
Entre los muchos concurrentes a las fiestas hemos tenido el gusto de saludar a nuestros buenos amigos don Jesús Cuesta, médico titular de Magaz; don Flabiano, médico titular de Soto de Cerrato; don Mario Martín, hermano de nuestro párroco, y a don Adolfo Maté, médico de Villaviudas.
En cuanto a la representación del bello sexo, renunciamos a consignar sus nombres por no incurrir en lamentables omisiones.
La función fue amenizada por los afamados dulzaineros de Palacios del Alcor, que incansablemente interpretaron los más populares bailables.
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Fiestas de Navidad
Por iniciativa de nuestro coadjutor don Vicente Martín, tuvo lugar en esta localidad la misa del Gallo, que desde hace 33 años no se celebraba, asistiendo el pueblo en general con una edificante piedad religiosa y el más completo orden.
Durante la ceremonia religiosa cantaron alegres villancicos las jóvenes de esta localidad Petra Alonso, Felicidad Gutiérrez, Asunción García, Vicenta Calleja, María González, Marina Ortega, Elisa Vicario, Fidela Palacín y Carmen Montoya, que fueron acompañadas con instrumentos musicales por Valentín Aguado, Nicanor Salazar y Julio Ortega, siendo dirigidos por el infatigable organista don Felipe Esteban.
Movimiento demográfico
Durante todo el año 1933 se han registrado en este pueblo dos defunciones, dos matrimonios y diez nacimientos.
(El Diario Palentino, 2 de enero de 1934)
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A CONSECUENCIA DEL TEMPORAL DE NIEVES SE HUNDE UN PUENTE EN REINOSO DE CERRATO
Gobierno Civil
En Reinoso de Cerrato se produjo el hundimiento de dos ojos del puente situado en aquel término municipal, habiendo quedado por esta cusa cortada la carretera de Burgos por Aranda. Las noticias oficiales que de este accidente tengo, añadió, afirman que no se registró ninguna desgracia personal.
Las jefaturas de obras Públicas de Burgos y Palencia dispondrán los trabajos oportunos para restablecer enseguida, aunque de forma provisional, la circulación por la mencionada carretera, reparando el puente de Reinoso de Cerrato.
(El Diario Palentino, 2 de marzo de 1934)
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FUNCIÓN TEATRAL
El Corresponsal
Función teatral
En el salón de sesiones del Ayuntamiento, galantemente cedido por el señor alcalde, se ha celebrado una velada teatral.
Las niñas y niños de la Escuela nacional, que tan acertadamente dirige nuestro querido maestro don Vicente López, de una manera desenvuelta y graciosa dieron a la representación de sus respectivos papeles un aire de naturalidad que les hizo objeto de numerosos aplausos de la concurrencia.
Primera mente las niñas representaron la linda comedia “Las travesuras de Lola”, cuyo reparto fue como sigue: Lola, por Enriqueta Martínez; Virtudes, Elena Esteban; Lucila, Victoria Pastor; Luisa, Agustina Picado; Ana, Josefa Montoya.
Todas ellas lo hicieron de una manera magistral, y fueron muy aplaudidas.
Después, los niños pusieron en escena la grandiosa comedia “Dos horas de reinado de un limpiachimeneas”, que fue muy del agrado del público
que llenaba totalmente la sala, siendo representados: Limpiachimeneas, por el niño Santos Urbaneja; Príncipe, por Benjamín Alonso; Criado primero, por Augurio Ayuso; Melisca, por Ángel Calleja; don Isidoro, por Fortunato Torres; Doctor Pastillas, por Domingo Marín y Criado segundo, por Augusto Ayuso.
Durante la representación de los niños fueron también grandes los aplausos y risas, especialmente durante la actuación del “Doctor Pastillas”.
Después el niño Augusto Ayuso recitó una muy inspirada poesía, compuesta exprofesamente para el acto por el señor maestro nacional, que fue largamente ovacionada.
Para terminar se obsequió al público con un hermoso pollo que tocó a un lindo grupo de guapas chicas que dieron cuenta de él en una gran merienda.
Felicitamos muy cordialmente a todos los actores y en especial al nuestro maestro don Vicente López, por el enorme trabajo que ha llevado durante estos días de ensayos, de cuya felicitación se hace partícipe todo el pueblo por la cultura y delicadeza con que asistió a la misma.
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Un puente en peligro
El puente sobre el Pisuerga de la carretera de Palencia a Baltanás, cerca de este pueblo, ha sido declarado por Obras Públicas como peligroso, por estar las piedras de uno de los ojos desprendidas y en inminente peligro de hundirse, habiendo colocado a la entrada y salida un cartel indicando: “Peligro, puente; carga máxima, 2000 kilos”.
(El Día de Palencia, 24 de febrero de 1934)
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UNOS DATOS ESTADÍSTICOS INTERESANTES SOBRE LA RECOLECCIÓN DE CEREALES Y LEGUMINOSAS EN REINOSO
El Corresponsal
INCENDIO
El día 7 del actual y sobre las ocho de la tarde se inició un incendio en una barda de leña, propiedad del vecino de esta villa Saturnino Pastor Ayuso, ignorándose las causas.
Rápidamente acudió el pueblo en masa al toque de campanas, rivalizando en los trabajos de extinción y logrando sofocar en poco tiempo el siniestro.
En los primeros momentos el incendio causó extraordinaria alarma entre el vecindario, pues corría grave peligro de que las llamas se propagasen a cinco casas colindantes, entre ellas la Sala Consistorial, donde había acumulada gran cantidad de leña.
Afortunadamente las pérdidas han sido de escasa importancia y no se han registrado desgracias personales.
UNOS DATOS INTERESANTES SOBRE LA RECOLECCIÓN DE CEREALES Y VINOS
Felizmente y sin ocurrir incidente alguno desagradable dieron fin las tareas de recolección de cereales y leguminosas en esta localidad.
Por considerarla de interés para nuestro lectores hacemos a continuación un estado comparativo de las cosechas del año 1927 y eel actual. De él se deduce que este año la recolección de cereales y leguminosas ha sido bastante superior a la del 27.
Año 1932 – Cereales: 5.751,97 trigo. Cebada: 2.652,96, Centeno: 3.582.
Año 1927 – Idem: Trigo: 2.664,47. Cebada: 2.078,89. Centeno: 3.024.
Diferencia, en más, 3.087,50. Cebada: 574, 07. Centeno: 558.
Año 1932 – Avena: 186,60. Titos: 278,00. Yeros: 281,00 Guisantes: 118, 00.
Año 1927: Avena: 15,70. Titos: 159,92. Yeros: 61,00 Guisantes: 59,62.
Por lo que se refiere a la cosecha de viñedo, los datos comparativos con el año anterior arrojan el siguiente resultado:
Año 1931 – Hectolitro 845, litro 16.
Año 1932 – Hectolitro 845, litro 60. Superávit de 424 hectolitro y 44 litros.
En cambio el fruto -si bien ha sido abundante- es de mala calidad.
(El Diario Palentino, 15 de noviembre 1932)
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PARA CARNAVAL
El Corresponsal
Reina entre los niños y jóvenes de esta localidad gran animación por estar próximos los carnavales, y con este motivo han organizado una velada teatral en la que tomarán parte todos los jóvenes de ambos sexos, teniendo el proyecto de representar dos sainetes cómicos titulados “El fotógrafo en apuros” y “El pavo”, y dos obras religiosas, tituladas “El Catecismo” y “La Cruz”.
Entre los niños se formará una orquesta.
En los intermedios, los jóvenes cantarán la habanera titulada “Choza y Palacio”, y un vals burlesco.
Mucho celebraremos que los jóvenes de esta localidad continúen en buena unión como hasta la fecha han dado pruebas.
(El Diario Palentino, 20 de enero de 1930.
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UNA VISITA A SOTO Y REINOSO DE CERRATO
(…)
He aquí un pueblecito palentino, que necesariamente ha de agradar al que lo visite; calles limpias, casa consistorial de buen aspecto, y sobre todo, una escuela que desmiente la tristeza de casi todas las que hemos visto.
Al frente de ella está don Amable Cabezudo, y no se crean nuestros lectores que se trata de un edificio nuevo, nada de eso; forma una edificación adosada a la iglesia, pero la voluntad, sobre ella, ha hecho del local un sitio amable, ventilado, hasta confortable, pues tiene su estufa para los días crudos.
Se ve en toda ella la mano del maestro, claro que bien secundado por las autoridades locales; un poco de penetración entre los dos factores y en seguida surge de un local lóbrego y mal oliente otro que invita a los alumnos a acudir a la escuela.
Una sola falta habría que corregir; la escuela es unitaria; a ella acuden niñas y niños; es preciso desglosarla; para esto no debía haber en las alturas espera de ningún género.
El Ayuntamiento se desenvuelve bien; lo forman don Aquilino Ayuso, alcalde; don Gelasio Urbaneja y don Luciano Alonso, tenientes; don Urbano Ortega, don Marcos Rodríguez y don Nicanor Salazar, concejales.
El secretario es don Felipe Esteban; a él tenemos que agradecerle todos estos datos, y de él estamos muy agradecidos por las atenciones que nos guardó, que no olvidaremos.
Una aspiración, que no sólo es la de Reinoso, sino de otros pueblos hasta Dueñas, nos ha interesado. Por lo visto, dificultades de orden especialísimo han acortado el canal del Arlanza hasta Torquemada; porque las ignoramos, no hacemos más que transcribir el ruego; acaso la Confederación pudiera encontrar alguna fórmula para dotar de agua a estos terrenos que venla discurrir por el Pisuerga. Nos alegraríamos de ello.
(El Diario Palentino, 22 de noviembre de 1928)
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